La congresista Juana Huancahuari, suspendida por la mayoría oficialista del Congreso, se encuentra desde hace varios días en Ayacucho participando de diversas actividades públicas y recibiendo las muestras de solidaridad de la población. En Huamanga, participó de las actividades por el 332º aniversario de creación y 50º de reapertura de la Universidad Nacional San Cristóbal.
En represalia a sus opiniones, la congresista Juana Huancahuari no solo ha recibido la sanción máxima estipulada en el Reglamento del Congreso, con 120 días legislativos de suspensión sin goce de haber, es decir, hasta el 15 de diciembre, sino que además, deberá afrontar una acusación constitucional, presentada por el Apra, por haber supuestamente ayudado a huir al líder amazónico Alberto Pizango. La acusación carece de sustento, porque Pizango no tenía orden de captura el día en que ocurrieron los hechos de Bagua y era en ese momento el vocero autorizado de los nativos ante el Gobierno. De igual forma, la suspensión ha incurrido en serios vicios: fue votada en ausencia de los congresistas, no se les permitió el uso de la defensa, la sanción no fue sustentada y no se han tipificado los hechos.
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